Armenios, una comunidad entre Europa y Asia

Ereván es la capital de un país montañoso, de tamaño ligeramente superior al de la Comunidad Valenciana, situado en el Cáucaso meridional y que linda al norte con Georgia, al este con Azerbaiyán, al sur con Irán y Azerbaiyán y al oeste con Turquía.     Nuria Tendeiro Parrilla, Valencia

En estas coordenadas se sitúa Armenia, una república democrática desconocida por los occidentales, a pesar de los 12 millones de armenios en la diáspora, constituida por otros 2,5 millones de habitantes. Actualmente unos 50.000 de estos nacionales dispersos residen en España, y de ellos 8.000 lo hacen en la Comunitat Valenciana. Unas cifras que, según el cónsul de este país caucásico en España, el abogado valenciano Luis Barberá Zapatero, va en progresivo aumento desde hace siete años.
Cada 24 de abril los miembros de esta comunidad se reúnen para conmemorar lo que describen como el primer genocidio del siglo XX en Europa. Año tras año visibilizan el drama de 1915 en el que el Ejército del Imperio Otomano mató en torno a millón y medio de armenios. Aunque las autoridades turcas mantienen que las muertes fueron resultado de una guerra civil, para los armenios van 93 años de silencio y olvido.
Sin embargo, Ereván y Ankara han manifestado recientemente la intención de establecer buenas relaciones como países vecinos. Armenía y Turquía no mantienen relaciones diplomáticas a raíz de los hechos de 1915, y Turquía cerró su frontera con Armenia en 1993. En este sentido, Ankara proponía hace unos días que fueran investigados estos hechos históricos por una comisión de expertos e historiadores, según una nota hecha pública por la agencia Efe.
Para el representante de Armenia en España, "uno de los motivos por los que el ingreso de Turquía en la Unión Europea está todavía pendiente es su negativa a reconocer el genocidio otomano sobre el pueblo armenio. Este reconocimiento sería el principio de una negociación".
Barberá Zapatero reconoce que hace seis años, cuando le propusieron el cargo diplomático, no sabía situar Armenia en el mapa. Este abogado con 32 años de profesión se hizo cargo entonces de un pleito de tipo laboral sobre un despido de 30 ó 40 trabajadores, entre los que se encontraba una decena de armenios: "Después del pleito estos trabajadores vinieron a proponerme como cónsul y en principio di un 'no' rotundo como respuesta. Conocía Armenia porque estuve en Jerusalén y allí conocí a la comunidad armenia residente. Comencé a interesarme por el país, incluso estudié Derechos Internacional para conocer las funciones propias del cargo y seis años después... aquí estoy, atendiendo una media de 25 peticiones diarias relativas a visados y regularizaciones".
Relaciones comerciales y lúdicas.
En la actualidad, las relaciones entre España y Armenia son meramente de tipo comercial aunque Barberá se ha propuesto potenciar las lúdicas puesto que este país enclavado entre Europa y Asia posee no sólo riquezas materiales como sus minas de cobre, cinc, oro y plomo, sino parajes montañosos de gran belleza, ríos, estepa y reconocidos balnearios de aguas termales.
Con este propósito, el nuevo primer ministro de Armenia, Tigran Sarkisian, se ha comprometido con su diplomático en España en la creación de una oficina turística cultural en Valencia para mostrar a los españoles qué es Armenia y las vinculaciones históricas entre ambos países.
En torno a 6.000 de los 50.000 armenios residentes en España son intelectuales, otros muchos trabajan como técnicos en la construcción, algunos regentan comercios y muchos recogen naranjas. La mayoría no están del todo asentados en España y la crisis también les ha tocado. Sin embargo, pocos piensan en volver de momento: "Son muy patriotas, quieren el desarrollo de su país pero por el momento no entra en sus planes el retorno", indica el cónsul honorario.
Luís Barberá se apoya en media docena de voluntarios para gestionar toda la actividad del consulado, ubicado en una de las salas de su bufete situado en el número 14 de la Avenida Antiguo Reino de Valencia.
Entre los objetivos de Barberá está dar a conocer la realidad del país del Cáucaso, así como sus posibilidades comerciales a empresarios españoles. "A corto plazo las dificultades fronterizas se habrán salvado y entonces será un momento histórico para el pueblo armenio. Acabo de llegar de Chipre donde he participado en un Consejo de Sabios e Intelectuales con el fin de resolver la problemática del genocidio que llegará a su fin con el resarcimiento a las víctimas y sus familias. El Consejo intentará clarificar ese resarcimiento tanto material como moral. El gobierno español ha realizado un reconocimiento oficioso del genocidio y el código penal francés sanciona a quien no reconoce el genocidio", explica el abogado valenciano.

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